Dos recursos que pueden ayudar con el enfado

Aunque el enfado es una emoción adaptativa (nos ayuda a darnos cuenta de que algo nos ha hecho daño, a defendernos, a saber decir no…) puede convertirse en un problema cuando hay dificultades para controlar la forma en la que se exterioriza.

Como comentamos en artículos anteriores, las dificultades para gestionar las emociones de una forma efectiva son frecuentes en el TDAH, y la situación de “encierro” puede generar más momentos donde “salte la chispa” fácilmente, por eso os vamos a proponer dos recursos que pueden ayudar a los niños y niñas con TDAH a gestionar su enfado de una forma más efectiva y además a pasar un buen rato en familia mientras creamos estos recursos.

Crea tu rincón de la calma:

Es común que, si el enfado está a punto de desbordarnos, no estemos preparados para hacer frente a la situación que estamos viviendo y necesitemos un tiempo (a veces segundos, a veces minutos…) para poder empezar a reflexionar sobre lo sucedido. Salir de la situación que ha generado el problema puede ser la primera estrategia que necesitemos, ya que facilitará que el enfado “baje” más rápido. Por lo tanto, es importante buscar un espacio que nos permita llegar a un estado de calma antes de hacer frente a la situación problemática.

Para crear un rincón de calma solamente necesitas un pequeño espacio en una habitación, (donde el niño o niña puedan estar solos cuando necesiten usarlo) y llenarlo, decorarlo con aquellas cosas que lo relajen, que le hagan sentirse seguro o le trasmitan paz y tranquilidad (el cojín que más le gusta, su peluche preferido, un altavoz donde pueda poner la canción que le relaja…). Hay muchos ejemplos en internet pero… no hay rincones estándar ¡lo ideal es que sean los peques quienes lo creen! Es importante tener en cuenta que el rincón de la calma es un espacio del niño o niña y por eso se desaconseja contaminarlo de otras actividades o acciones (no es el sitio para hacer los deberes o para dialogar con alguien por ejemplo).

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Construye tu frasco de la calma:

Se trata de un recurso útil para aquellos niños y niñas que presentan dificultades para estimar la duración del enfado y las señales internas relacionadas con él. Al igual que el rincón de la calma, el frasco de la calma se usa en momentos en que el enfado empieza a dominar nuestra conducta y nuestra mente en una situación concreta.

El frasco funciona como un reloj, una vez lo agitamos el frasco nos avisará sobre el momento en el que estemos preparados para retomar la situación que generó el enfado. El niño a niña agitará el frasco cuando el enfado empiece a invadir su cuerpo y sus pensamientos, observándolo atentamente hasta que el frasco vuelva a la calma, momento en que se sentirá más preparado para retomar esa situación o problema que lo enfadó.
Os dejamos un enlace donde se explica cómo crear vuestro frasco de la calma de forma sencilla y con pocos materiales. https://www.youtube.com/watch?v=CotQ-EgFbqg

Esperamos que os sean de utilidad estos trucos para el enfado y que además podáis pasar un buen rato creándolos.