Un tema de creciente preocupación lo constituye el uso abusivo, cada vez más frecuente, de dispositivos digitales como lo son el teléfono móvil, las tablets y, por supuesto, la televisión y los ordenadores, por parte de niños y adolescentes.

Según un artículo publicado en la “Revista Médica Sinergia” (Impacto del tiempo de pantalla en la salud de niños y adolescentes, 2020), el tiempo excesivo de uso de pantallas se relaciona con el sedentarismo (falta de actividad física regular, lo cual, a su vez, se relaciona con la obesidad), con una peor calidad de sueño, con una alimentación poco saludable (debido a que el uso de pantallas está frecuentemente ligado al consumo de alimentos no saludables como snacks, refrescos, etc.) y, fundamentalmente cuando se trata de niños de menores de 6 años, se asocia con relaciona con dificultades asociadas a alteraciones de  procesos cognitivos como la atención, la función ejecutiva y el lenguaje.

A lo atractivo que resultan estos dispositivos, se le añade que su uso se hace cada vez más necesario en el ámbito educativo, llegando a ser imprescindible en muchos casos, por lo que resulta muy difícil que nuestros hijos puedan prescindir de ellos.

Además, se observa una creciente tendencia a trasladar las “quedadas” o encuentros con amigos a los entornos virtuales (videojuegos en línea, apps de mensajería instantánea como Whatsapp, redes sociales como Instagram o Twitter), lo cual constituye otro motivo por el cual el uso de estos dispositivos es cada vez más frecuente, imprescindible e incluso,  ineludible.

Por todo ello, consideramos pertinente dedicar este artículo a exponer una serie de recomendaciones para lograr un uso más saludable de las pantallas, dado que como venimos comentando, su uso es prácticamente imprescindible.

Tiempo de uso según la edad

Conviene comenzar comentando el tiempo de uso de pantallas diario recomendado en función de la edad del niño o del adolescente. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), los niños menores de 2 años no deberían estar expuestos en absoluto a las pantallas, pues se considera que su uso a esta edad es potencialmente perjudicial; los niños con edades comprendidas entre 2 y 4 años no deberían usar estos dispositivos digitales más de 1 hora diaria; los niños y jóvenes de entre 5 y 17 años no deberían hacer uso de pantallas más de 2 horas cada día.

Supervisión del uso y del tiempo

Es recomendable que el uso y exposición a pantallas esté debidamente supervisado por adultos como sus padres, profesores, cuidadores, etc. Es importante que el contenido al que los niños accedan sea adecuado para su edad y nivel de desarrollo, con el objetivo de evitar el aprendizaje de comportamientos inadecuados y la vivencia de  experiencias aversivas.

Momento en el que se usan

Se trata de encontrar el momento adecuado. Es muy habitual que se usen las pantallas a la hora de la comida o la cena, de forma que ello interfiere en la comunicación familiar, por lo que es importante no hacer uso de ellas en estas situaciones. Por supuesto, también se desaconseja su uso durante la realización de tareas escolares y estudio.

Por último, con el objetivo de que la exposición a las pantallas no afecte a la calidad del sueño del niño/adolescente, se debe evitar su uso como mínimo 2 horas antes de dormir.

Localización de las pantallas

Con el fin de favorecer la supervisión del contenido al que acceden y el tiempo que les dedican los niños, se debe evitar que cuenten con algún dispositivo de este tipo en sus habitaciones.

Proporcionar alternativas de ocio

Es frecuente que los niños y adolescentes muestren preferencia por dedicar su tiempo de ocio  al uso de pantallas debido, en parte, a que no disponen de otras alternativas.

Por ello se recomienda, en la medida de lo posible, ofrecerles la posibilidad de realizar actividades que no impliquen el uso de pantallas, como los juegos de mesa, actividades deportivas, etc.

Educar en el uso responsable

Un uso inadecuado de dispositivos electrónicos puede resultar en graves consecuencias si no se les  enseña a los niños y adolescentes el riesgo que suponen ciertos comportamientos en la red.

Se debe explicar a los niños, desde edades tempranas, las consecuencias de un uso excesivo y las normas para un uso responsable y sin riesgo: no dar datos personales, no quedar con desconocidos, no introducir datos bancarios, emplear lenguaje correcto, etc.

Ser modelos de un uso responsable

Habitualmente les exigimos a nuestros hijos que no empleen tanto tiempo en redes sociales y les recriminamos que “estén todo el día con el móvil en la mano”, cuando nosotros, personas de referencia para ellos, usamos tanto o más estos dispositivos (con frecuencia nos somos conscientes de todo el tiempo que empleamos en el uso del teléfono móvil. Podemos comprobarlo accediendo a la pestaña de “Bienestar Digital”, localizada en la opción de “ajustes”, en cualquier móvil o tablet. Aviso:las sorpresas aquí son frecuentes.)

 Por ello, debemos comenzar a cambiar este comportamiento empezando, por ejemplo, por dejar de usar el teléfono, tablet, o cualquier otro dispositivo mientras compartimos tiempo con nuestra familia, conducimos, etc.

Adrián Pérez

Psicólogo