Una madre de ANHIDACORUÑA nos hace llegar esta carta a modo de reflexión sobre la situación que estamos viviendo. Creemos que es una buena idea abrirla al mundo y compartirla, por favor, si alguien quiere darle réplica o mostrar su punto de vista sobre estos tiempos que corren pueden hacerlo enviando un correo electrónico a  la dirección actividades@anhidacoruna.com

Abanico de emociones: culpable, coronavirus

Pandemia en todos los países del Mundo, en cada región de cada país, en todos los pueblecitos de cada comarca, nos causa a todos sentimientos de rabia, impotencia, enfado, ira, desasosiego y por supuesto miedo a que nuestros seres queridos contraigan este Coronavirus que está destruyendo a muchas familias.

Pero mi carta no quiero enfocarla a toda esa parte negativa y destructiva que vemos a diario en los medios de comunicación todos los que estamos verdaderamente confinados en casa porque somos responsables y sabemos que es la única forma de no poner en peligro la gente que más queremos, nuestros vecinos, nuestros amigos, compañeros…. y ayudar a todas esas personas que están dando su vida por ayudarnos y que no valdría de nada si no nos tomáramos en serio lo poco que nos piden “QUEDATE EN CASA”

Desde mis pensamientos más simples me pregunto

por qué supone un gran esfuerzo para tanta gente estar conviviendo todo el día con tus hijos, con tus padres, con tu pareja.

Creo que algo no funcionaba bien en esta sociedad de las prisas y deshumanizada, y el virus nos ha parado y nos está pidiendo que reflexionemos sobre qué significado que tiene nuestra vida si no agradecemos este tiempo en familia e intentamos enriquecernos de sentimientos y de emociones de compartir tanto tiempo juntos.

COVID-19, aunque sea la única, yo te doy las gracias por mostrarnos los débiles que somos, por forzarnos a disfrutar de nuestra familia y nos tener que arrepentimos de que los niños crecen y no los vimos creer; de que nuestros mayores se van y no hemos estado suficiente tiempo con ellos, de que perdemos amigos que queremos, por no tener tiempo a hablar con ellos.

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Mis sentimientos son de agradecimiento a esa sociedad que de tanto correr no nos fijamos en lo importante que es cada una de esas personas que nos están cuidando tanto y poniéndose en peligro para ayudarnos a sobrevivir a esta pandemia. Mi gran aplauso no sólo para esos sanitarios que exponen su vida en hospitales sino también para esos policías y ejercito que intentan hacernos entender la situación, para ese personal de limpieza que se exponen para mantener una limpieza y desinfección, para ese personal de supermercado. farmacias y demás profesionales que atienden al público y que se exponen día a día para que continuemos con suministros y abastecimiento y no nos falte de nada. Y a cambio que se nos pide “QUEDATE EN TU CASA”.

De verdad, mis sentimientos en estos momentos difíciles para todos son de gratitud, optimismo, solidaridad, empatía, admiración, satisfacción …..

Antes de esta vida tan ajetreada que llevamos en esta última década, las familias vivían juntas con sus hijos, con sus abuelos en espacios muy pequeños y sin grandes lujos, ni tecnologías y según me han contado mis abuelos siempre, había un cariño muy especial que se demostraba en el día a día. Ahora, no tenemos tiempo a cuidar de nuestros mayores, de nuestros hijos, de nuestra sociedad en la que hay personas que no se sienten incluidas porque tendemos a apartar al diferente.

Reflexionemos por favor y busquemos el lado positivo de este confinamiento

Pidiendo perdón por mis sentimientos a las familias que tienen seres queridos que han muerto y a las que su situación laboral se ha complicado por el coronavirus, agradezco muchísimo este frenazo en seco de la sociedad. Gracias por ayudarnos a ver la realidad de nuestras vidas y lo poco importante que es lo que está ahí fuera sino sabemos vivir en familia.

Un fuerte abrazo para todas las familias que entienden que “QUEDARSE EN CASA “no es un sacrificio.