Después de recibir esta pregunta en múltiples ocasiones me veo obligado a escribir estas líneas. El objetivo más allá de tratar de aclarar esta duda es tener un link al que recurrir para enviarlo porque sé que está duda va a seguir surgiendo de aquí hasta el día del juicio final.

Considero que vivimos en una sociedad inmersa en un día a día voraz y es habitual ver como se recurre al “chantaje” en determinadas situaciones.

Pero antes de entrar en el tema si hacemos una búsqueda de la palabra chantaje nos saldrán sinonimos como coacción, extorsión o presión, además de una canción de Shakira, pero de eso mejor no opino. Si seguimos buscando información llegamos a definiciones en las que se habla de “obligar a alguien a actuar de una determinada manera”, generalmente mediante amenazas de revelar información que el sujeto no quiere que se conozca sobre él.

En casa, con los más pequeños no amenazamos con revelarle a su “crush” que nuestro hijo o hija está locamente enamorado de él o ella. No coaccionamos con decirle a la profesora que aún sigue durmiendo con el peluche por las noches … Hacemos un “chantaje” más sutil. Algo que suena así

“Si haces los deberes podrás jugar a la consola”, “Si no terminas el brécol no te dejo comer postre”, “o estudias para el examen o el finde no bajas con los amigos”.

Realmente no son chantajes, es la aplicación de una técnica de modificación de conducta llamada Principio de Premack que consiste en reforzar la conducta poco probable (hacer los deberes, comer el brécol o estudiar) con la conducta que es más probable que ejecutase el sujeto en cuestión (jugar a la consola, comer el postre o bajar con los amigos).

Veamos ahora el mensaje yo, una técnica de comunicación asertiva que se emplea para hacer peticiones de cambio a otras personas. Tiene una estructura definida para dar la información

“Cuando tú ……………….”
“Yo me siento ………………..”
“Me gustaría que ………………”

Vemos ahora como quedaría el ejemplo con la situación de que no quiere estudiar para ese examen importante que tiene al día siguiente

Cuando tú no estudias para los exámenes

Yo me siento desilusionado

Me gustaría que trataras de esforzarte un poco más y le dedicases tiempo, sé que eres capaz

Gracias por escucharme

Aquí estamos trasladando a cómo nos hace sentir una conducta que está emitiendo la otra persona, lo hacemos a modo informativo a la vez que le trasladamos que conducta creemos que sería más apropiada para él o ella en ese momento, pero no hay coacción, no hay presión, no hay extorsión o no se está revelando ningún tipo de información comprometedora.

Únicamente estamos tratando de conectar nuestra parte emocional del cerebro con su parte emocional del cerebro, otra cosa son nuestras experiencias previas en la vida y como funcione en nosotros la culpa residual, pero eso lo abordo otro día en otra publicación.

Espero que se entienda la diferencia entre una y otra, pero, si es necesario me comprometo a escribir una parte dos para este artículo.

Juan Ramos

Psicólogo