Esta pregunta es bastante frecuente, puesto que en la mayor parte de casos, esta situación implica lidiar con su desmotivación académica. Además hay que tener en cuenta que muchas veces, la cantidad de deberes es excesiva, eso sumado a que vienen de estar en el colegio tanto tiempo como el que pasamos nosotros en el trabajo.

Dicha situación se vuelve más complicada en el momento en el que los niños y las niñas presentan una dificultad del aprendizaje, como puede ser la dislexia, la discalculia o TDAH, además de otras condiciones como la ansiedad. Por ello, es importante conocer en profundidad las características personales de nuestros hijos e hijas para poderlos ayudar correctamente y para que a la hora de hacer los deberes o de estudiar no se convierta en un momento que afecte a su bienestar.

A continuación, os damos algunas pautas para poder abordar las tareas escolares en casa.

  1. Plantear los deberes o actividades a realizar más llamativas. Teniendo en cuenta que hay que comprender que la situación no suele ser de su agrado, podemos mostrar que las tareas son una oportunidad para asentar conceptos. Por ello, resulta de suma importancia que los animemos y motivemos para que se sientan capaces de poder realizarlos con éxito. También podemos aprovechar que les conocemos bien para jugar con sus intereses y plantear las actividades de forma lúdica o en forma de reto/desafío. El verano es una época perfecta para llevar esto a la práctica y así poder reforzar contenidos, pero sin estrés y sin agobios.
  2. Establecer una rutina semanal/diaria que esté accesible en el hogar de forma visual, donde se refleje claramente la estructura horaria de los tiempos de estudio y de ocio.
  3. Ser sus faros, es decir guías que les pueden brindar pautas sencillas de planificación y organización, así como fomentar la responsabilidad para con sus tareas, hasta que adquieran por sí mismos el hábito de estudiar, pero todo esto sin ejercer un control o presión excesivos.
  4. Intentar llevar lo dado en clase a su día a día. Por ejemplo, si han dado el sistema métrico, extrapolar el tema a lo diario a través de recetas de cocina.
  5. Las actividades deben estar planteadas de forma breve para mitigar la fatiga que les puede producir el esfuerzo cognitivo que realizan.
  6. El ambiente en el que se realicen las tareas se aconseja que sea tranquilo, respetuoso y de confianza.
  7. Se recomienda realizar descansos con cierta frecuencia (teniendo en cuenta los tiempos de atención del niño/a), por ejemplo adaptando el método Pomodoro (por ejemplo, cada 25 minutos de trabajo, 5 de descanso).
  8. Disponer de un lugar de trabajo organizado y tranquilo, dónde nuestro hijo/a se sienta cómodo y libre de distracciones. Aún así, no debemos olvidar que no todos nos concentramos del mismo modo, y puede haber chicos/as que necesiten estar en movimiento (levantados, tocando algo, etc.) para poder ser productivos y aprovechar el tiempo de estudio. Por lo tanto, debemos ser FLEXIBLES.

Y sobre todo, muy importante que no se nos olvide emplear el Refuerzo Positivo para motivarlos a cumplir con su rutina y ver una recompensa a su esfuerzo.

Laura Pol y Yaiza Simón

Pedagogas de ANHIDACORUÑA